domingo, 20 de abril de 2008

Un poco de sabiduría de Heisenberg (según Michael Frayn)

[Heisenberg] told his future colleague Weizsäcker that he thought he had ‘refuted the law of causality’. In what he called ‘the sharp formulation of the causality law’ (If we know the present, then we can predict the future), he wrote later that same year ‘it is not the consequence but the premise that is false. As a matter of principle we cannot know all determining elements of the present.’

— Michael Frayn, The Human Touch.

Tengo iPhone, pero no cocina

Esta es una historia triste con un final feliz, o casi. Resulta que, entre las tantas cosas que necesito comprar para ir amueblando mi depa, una de las mas necesarias es la cocina. Y por cocina me refiero a toda la cocina, ahora no tengo pero ni fregadero para los trastes. Y por lo pronto me las he ingeniado comiendo en la cafeteria de la universidad, desayunando cereal y frutas, y usando el exterior de una ventana como refrigerador para la leche. Pero bueno, como se podrán imaginar la situación no es del todo óptima, y el verano amenaza con hacer inservible a mi refrigerador temporal.

Así que bueno, despues de analizar un poco las opciones le pedí a Max, quien amablemente se ofreció a ayudarme como intérprete, y a Ale que me acompañaran el miércoles a Ikea y conseguir una cocina. El plan era vernos como a las 11 de la mañana y, como pensé que no tenía mucho caso ir a trabajar sólo una hora y luego regresar, se me ocurrió que una mejor forma de aprovechar el tiempo sería ir a la tienda de T-mobile y comprarme un iPhone. Solo por aprovechar el tiempo, ya saben. Jeje.

No pues la verdad es que ya tenía yo rato con ganas de comprarme un celular chido, en particular me interesaba poder conectarme en cualquier momento a Internet. Eso y el hecho de que recientemente salió una promoción aquí en Alemania con reducciones a los precios del iPhone, me hicieron finalmente decidirme.

Empezé entonces mi miércoles dirigiendome a la tienda de T-mobile y, después de hacer un poco de señas, conseguí hacer entender a los empleados que pretendía comprar un iPhone. Después de más intercambios de señas logré dar todos los datos que necesitaban (dirección, datos de identificación, etc.) y me hicieron saber que mi cuenta estaría lista dentro de un par de horas. Yo les comenté que desafortunadamente tenía otro compromiso (lo de la cocina) y pues que volvería en la tarde por el teléfono.

Ya eran entonces cerca de las 11, así que me fui entonces a alcanzar a Ale y Max para salir a Ikea. Llegamos al dichoso lugar, y después de la ya tradicional ‘prueba’ de los sillones, llegamos hasta las cocinas a preguntar y exponer todas mis dudas. Yo quería cierta cocina como una que tenían ahí en exhibición, quería que la enviaran a mi casa, instalaran y pagarla con un crédito que ellos mismos anunciaban. Debo decir que esta ves, a diferencia de los anteriores intentos, uno de los empleados nos trató muy bien, nos dió santo y seña del proceso para diseñar y comprar la cocina.

Pasamos entonces fácil unas cuatro horas jugando con un programita que tienen, diseñando lo que sería la cocina de mis sueños, eligiendo los muebles, acabados, fregadero, estufa, refrigerador, etc. La verdad es que los tres estábamos bastantes emocionados con todo esto. Ya que habíamos escogido y diseñado todo, el empleado nos sugirió ir a dar una vuelta por la tienda, para ver si quería comprar más cosas y pues aprovechar así el envío. Había escogido entonces un sofá cama, una mesita para la sala, un escritorio para la computadora, su silla, y algunas otras cosas más del estilo.

Hecha mi lista de todo lo que quería comprar regresamos a las cocinas para hacer el pedido, tramitar el crédito, etc. Todo pintaba muy bien, y nos veiamos ya realizados estrenando pronto la nueva cocina. Llenamos entonces en una terminal los datos para el crédito, y una de las empleadas empezó a imprimir y darme todas las formas necesarias. En eso salió impresa una hoja, donde se decía que el sistema tenía algun problema para autorizar mi crédito automáticamente, que sería tratado el caso manualmente y que debíamos de llamar a cierto número de teléfono para pedir más información y agilizar el proceso. Max de nuevo me hizo el favor de hablar y pues, aún con mi poco entendimiento del alemán, era claro que las cosas no iban bien. Al final lo único que le dijeron era que el sistema había negado mi crédito, y que ellos no tenían forma de saber el porqué. Que lo mejor que me podían recomendar es intentar solicitar el crédito de nuevo dentro de seis meses.

Ni hablar, regresamos los tres tristes y desanimados, casi con las manos vacias. Para no sentirnos tan mal al menos aproveche para comprar unos cojines para las sillas de mi mesa/comedor. Fue horrible, habernos hecho tantas ilusiones, y de pronto todo se vino abajo. Después de estarlo analizando he decidido que lo mejor será entonces pues ahorrar los próximos dos meses, y con eso pagar la cocina de contado. Por lo pronto no más gastos inecesarios, no viajes (tristemente, ya tenia algunos planes que tuve que cancelar), y no iPh.. momento, el iPhone ya lo pagué! :-P Ni modo, fue mi último gusto que me pude dar por lo menos hasta que logre pagar la cocina.

Y así fue como, no tan mal, terminó mi dia. Regresé a la tienda de T-mobile, donde tenían ya a mi iPhone y chip listos para llevarmelos. Pasé el resto de la tarde echándolo a andar, jugando y aprendiendo a usarlo. Me puse a checar en el mi email, envié mensajes presumiendo a varios amigos :-P, actualizé mi lista de contactos, me puse a navegar en internet (que funciona por cierto bastante bien), lo terminé de configurar a mi gusto, le copié música y fotos, y pues en general me puse a disfrutar de mi juguete nuevo.

No ha pasado más de una semana y ya en un par de ocaciones me ha sido de utilidad el tener acceso permanente a internet. Por ejemplo ayer logré decifrar como utilizar las lavadoras de un autoservicio escribiendo las instrucciones en language tools y traduciendo del alemán. También como dato curioso, para quienes lleguen a comprar un teléfono con internet, las páginas de Facebook, meebo, iGoogle, y Google Reader tienen versiones amigables para teléfonos celulares. También hay versiones no oficiales de Wikipedia, y Flickr. Una interface que realmente me gustaría mucho tener es para del.icio.us, pero por lo pronto no he encontrado ninguna, estoy tramando entonces quizá implementarla yo mismo, veamos que tal me va con esta idea.

Asi que un poco triste, pero no tanto, es como termina la historia de hoy. :-)

martes, 15 de abril de 2008

Tengo nueva macbook!

Creo que ya varios se enteraron por mi status en Facebook, pero pues aquí está el post con la información oficial.

Así es, pues resulta del instituto me dieron una nueva macbook para trabajar y poder llevarme a congresos. Es muy parecida a yuna, mi computadora anterior, sólo que más nueva, con mayor capacidad, y nuevo sistema operativo. Oficialmente se llama swsmb1802, sin embargo yo he tenido a bien rebautizarla como ashe.

Y bueno, pues como se habrán de imaginar hoy me la pasé todo el día instalándole cosas, configurándola a mi gusto y copiándole música. Le puse ya incluso también los cajoncitos sugeridos por Linda, se ven bien monos. De hecho a causa de la personalizada que le acabo de dar estoy tramando también escribir pronto unos posts sobre algunas de las aplicaciones que utilizo, así como tips y consejos para sacarle mucho provecho a su mac.

Una de las preguntas que todo mundo me ha hecho es “¿no podias pedir una macbook air?”, y la respuesta es “sí”. Sí podía, pero la verdad cheque las especificaciones y no me convenció. Las air traen menos procesador, menos memoria, menos disco, menos de todo. Por supuesto, esa es la idea, es una computadora light; y pues yo quería algo un poco más robusto.

La otra pregunta es “¿me regalas tu otra compu?”, y no, lo siento pero la respuesta es “no”. De hecho toda la idea de la compu nueva es no tener que estar cargando con mi lap de un lado a otro, y así mejor una será para trabajar en el instituto y los congresos; mientras que la otra será sólo para jugar en la casa. :-)

sábado, 12 de abril de 2008

OMFG! What are you doing?

Esa fue hoy mi primera reacción cuando estaba mirando un canal de música en la tele y de pronto apareció ésto


La tonadita en el fondo es Bitter Sweet Symphony de The Verve. Y, aunque al principio me sentí completamente indignado por esta versión reggae-ish de una de mis canciones favoritas de todos los tiempos, debo reconocer que al final me rendí. Es dificil resistirse a mujeres tocando el violín, en bikini. :-P

Aparentemente esta canción de “Sugar Daddy”, llamada por cierto “Sweet Soca Music Music” (¡cuánta azucar!), fue todo un éxito en Francia por ahi del 2003. Go figure.

sábado, 5 de abril de 2008

Life of Pi

Hace unos pocos días al fin terminé de leer Life of Pi de Yann Martel. Fue una experiencia interesante ya que, desde los primeros capítulos, el autor promete (¿amenaza?) el contarte una historia que “te hará creer en Dios”.

Eso de inmediato me hizo ponerme a la defensiva e ir leyendo el libro con bastante escepticismo. Estaba listo y atento, esperando a los argumentos del autor para irlos analizando o criticando. Argumentos que, sin embargo, no llegaban. Me sentí como si alguien te dijera “te voy a enseñar la demostración de un teorema matemático” y luego prosigue a contarte una larga historia sobre sus aventuras del fin de semana pasado, tocando tangencialmente y de cuando en cuando el tema de los números, pero sin dar nunca ningún argumento que analizar o criticar. No se si puedo compartir el sentimiento de frustración que esto lograba provocar en mí.

Eventualmente me rendí y decidí simplemente escuchar su historia. En el caso de Life of Pi, la historia es sobre un niño, Pi, que vivía con su familia manteniendo un zoológico en India. Eventualmente la familia decide cruzar el Pacífico, con todo y animales, para mudarse a Canadá. A la mitad del viaje, sin embargo, el barco naufraga. Los únicos sobrevivientes en un bote salvavidas son: Pi, una cebra, una hiena, una orangután hembra y un tigre de Bengala. La historia prosigue contando las aventuras y desaventuras de Pi tratando de sobrevivir así en medio del Pacífico.

Debo decir que la historia me gustó bastante y, dentro de lo que cabe, es bastante ‘realista’. No es la historia, como habría esperado yo en algún momento, de como los animalitos vivieron contentos y ayudándose unos a otros en el bote. Por el contrario, y como se esperaría en la realidad, unos animales comienzan eventualmente a comerse a otros y, bueno, cosas fuertes pasan.

Para mi beneplácito, y como el autor lo había prometido, el libro termina presentando en los últimos capítulos los esperados argumentos que “te harían creer en Dios”. Los cuales, debo decir, me parecieron bastante interesantes y acertados. No entraré, por lo pronto, en más detalles para no arruinarle el libro a alguien si lo está leyendo. O, incluso, si no lo han leído, de verdad que se los recomiendo. La historia es muy entretenida y los argumentos interesantes. Así que ya, vayan a leer el libro, y regresen luego a terminar de leer este post. Jeje.

*** HERE BE SPOILERS ***

En los últimos capítulos, la tercera parte del libro, Pi ha llegado finalmente a tierra firme, y es entrevistado por un par de japoneses que trabajan para la compañía dueña del barco que se hundió. Ellos le piden a Pi que les cuente lo que sucedió, para tratar de determinar así cuales fueron las causas del incidente. Pi les relata entonces su historia (la que nosotros como lectores acabamos de terminar de leer).

Los japoneses, sin embargo, no están conformes con esta ‘historia’, parece estar llena de fantasía y, vamos, es muy difícil de creer. Después de una discusión, Pi decide contarles otra historia.

En esta segunda historia los sobrevivientes en el barco salvavidas son, no animales, sino un mozo del barco, el cocinero, su mamá y Pi, él mismo. El relato describe, similar a como ocurrió con el primero, como el cocinero llega a matar al mozo y a su madre, y que finalmente es Pi quién mató al cocinero.

Aunque no se dice de manera explícita, al lector se le sugiere que ésto fue lo que realmente ocurrió, y que en la historia original cada uno de los animales era una alegoría a los verdaderos sobrevivientes (la cebra era el mozo, la hiena el cocinero, la orangután su mamá, y el tigre de Bengala él mismo). Se deja entender también que la historia con los animales es la historia que Pi se tuvo que contar a sí mismo para, de alguna manera, poder sobrellevar la situación, y sobrevivir a sus duras circunstancias.

Después de contar ambas historias, Pi les recuerda a los japoneses que, dado que ellos no estuvieron ahí, no pueden saber cuál de las dos historias es la verdadera, y les pregunta entonces que decidan cuál de las dos les gustó más. Ambos concluyen que la historia con los animales es la mejor.

El argumento finalmente es ese: si tienes que escoger entre dos historias (la existencia o no de Dios, por ejemplo), y para ti es imposible determinar cuál de las dos es cierta, Pi —o mejor dicho Yann Martel el autor del libro— nos dice que cuál es el problema con creer la que nos hace sentir mejor de las dos, aún si esa historia es también la más difícil de creer.