sábado, 21 de julio de 2007

La ciencia y el fútbol

En el marco del XXX Congreso Nacional de Pediatría, que se llevó a cabo del 4 al 8 de Julio en el World Trade Center de la ciudad de México, se celebró también un foro “Los niños opinan” donde se invitaba a estudiantes de primaria y secundaria a exponer a los pediatras los problemas más relevantes que creen que los afectan.

Uno de los trabajos que destacó en este foro fue el de Carolina Aranda Cruz, una estudiante de quinto año de primaria en el Liceo Japonés, donde contrasta el apoyo que se da en México a la ciencia con la inversión que se hace en, por ejemplo, el fútbol. Carolina fue invitada a dar un discurso y a exponer su trabajo en la inauguración del congreso, noticia que fue después también publicada en periódicos como Reforma (requiere subscripción) y la Jornada [1], así como una nota en el Canal 11. Al parecer la nota ahora también está siendo distribuida en una cadena de emails y en blogs.

El texto integro de su discurso, que fue publicado en Reforma y que yo tomo del blog Como en botica, es el siguiente.

A las personas de hoy casi no les interesa la ciencia; les interesa más el fútbol. Los periódicos pocas veces tienen notas de ciencia y la radio y la televisión casi nunca. Sólo publican cuando ocurre algo que no pueden ocultar, como cuando llegó a la luna Neil Armstrong.

Todos los días aparecen notas de fútbol, entrevistas con jugadores y hasta nos cuentan chismes de su vida: que si Galilea Montijo fue novia de Cuauhtémoc Blanco… pero no toman en cuenta que tenemos derecho a estar bien informados sobre ciencia. Y así como sabemos tanto de fútbol sabemos tan poco y tan mal de nuestros científicos que da pena. Ese es el caso de Guillermo Haro. Guillermo Haro, astrónomo mexicano, descubrió cometas y muchos cuerpos celestes y no cuenta siquiera con una biografía.

He visitado nueve grandes librerías y ninguna tiene nada sobre él. ¿Por qué apoyar más a los futbolistas que a los científicos? ¿Son mejores personas? ¿Producen mayor riqueza? ¿Nos divierten más? No creo: gracias a los científicos también nos divertimos, ellos inventaron las computadoras, los iPod, los simuladores.

Además, salvo en algunos casos, los jugadores de fútbol nos hacen ver muy mal mundialmente y nuestros científicos, que nadie apoya no. Estoy segura que México es de los países que tienen algunos de los mejores científicos. Además nos hacen quedar muy bien. Son como los atletas paralímpicos que, sin apoyo, ganan medallas.

¿Por qué no apoyar una educación de excelencia? Tenemos derecho a ella. ¿Alguno de ustedes conoce a Guillermo Haro? Supongo que muy pocos. Y los que no, no tienen la culpa: cuando nuestro equipo de fútbol gana partidos de poca importancia hasta el Presidente los felicita y los entrevistan en todos lados. Cuando Guillermo Haro descubrió varias estrellas rojas y azules sólo lo felicitaron otros científicos.

Gracias a la ciencia calentamos en unos segundos la comida en el microondas, gracias a la ciencia nuestras madres no se pasan la vida lavando pañales. Estos inventos son resultado de las misiones al espacio. Por los científicos nuestra ropa es ligera y abrigadora. Por ellos podemos leer aunque se oculte el Sol o ver a cientos de kilómetros un partido de fútbol.

¿Les gusta la televisión a colores? Yo nunca conocí una en blanco y negro, y la televisión a colores fue invento del mexicano Guillermo González Camarena. Gracias a los científicos mexicanos podemos ver mejor las estrellas pues aquí se fabrican los mejores lentes de astronomía.

Hace un año el Instituto de Astronomía de la UNAM envió a las Islas Canarias un instrumento de precisión para el que será el observatorio más importante del mundo. Tiene nueve lentes y 270 piezas.

Y mirar astros nos debe importar porque somos, como escribió Carl Sagan, “polvo de estrellas”, de allí venimos. Países desarrollados como Alemania, Estados Unidos y Japón invierten mucho apoyo en ciencia. México cada vez invierte menos, y pese a ello contamos con grandes científicos como Guillermo Haro, que vivió y murió siendo un desconocido.

El premio Nóbel de Química, Mario Molina nació en México, pero se tuvo que ir a Estados Unidos. Por desgracia no es el único caso. Muchos jóvenes científicos hacen lo mismo.

¿No podría nuestro gobierno invertir más en educación? Tenemos derecho a una educación de excelencia.

Me da pena que nuestro gobierno y nuestros empresarios inviertan tanto en fútbol y seamos tan malos. Me da pena que inviertan tan poco en ciencia y seamos tan buenos. Tenemos la mejor Universidad de Hispanoamérica según el periódico Time y cada vez le damos menos recursos a la UNAM. ¿Por qué no apoyar a lo que ya da resultados? Un País que no invierte en ciencia y educación siempre será un País pobre ¿Queremos un México pobre? ¿Seguiremos dejando que nuestros Mario Molina se vayan a otros países?

Pobre México nuestro tan cerca del fútbol y tan lejos de la ciencia.

Y, aunque no estoy de acuerdo con Carolina en algunos de los detalles, ciertamente es un trabajo muy interesante que nos invita a reflexionar y a revaluar nuestras prioridades como país y como personas individuales. Felicidades Carolina, y que gusto ser recordado que también existen en México personas que piensan como tú.

2 comentarios:

Hek@nibru dijo...

¡La niña tiene razón! Afortunadamente hay personas como ella que, a pesar de su corta edad, puedan darse cuenta de una situación que, si bien evidente, tendemos a ignorar.

Mary Merecias dijo...

muchisisima razón :(, la educación no es realmente la que uno quisiera, ami por ejemplo que hubiere dado por algun día ir a un observatorio desde pequeño. mmm mis hijos si sabran lo que es una educación de calidad, por lo menos de mi parte :).

Pero tu tema central, creo que hay mas jóvenes, incluyéndome que soñamos con ser cientificos... y por falta de apoyo y recursos no logramos nada, al menos el ser autodidacta ayuda... pero en méxico..¿donde queda la ciencia?.

hay que cambiar eso...no lo crees?.