lunes, 30 de octubre de 2006

Venecia no está en Italia

Justo hace un año escribí esta historia que andaba perdida por ahí en otro blog. Así que con el pretexto del aniversario y para que no se vaya a perder la quise ahora poner aquí. En un año cambian muchas cosas, pero otras tantas siguen igual. Yo sigo sin encontrar a Venecia en el mapa, pero el sueño de que algún día la voy a conocer sigue ahí.


Llevo algunos días armando esta historia en mi cabeza, de como he aprendido mucho en esta vida, y hoy que (para variar) no podía dormir, decidí sentarme a escribirla y compartirla. Los que me conocen saben que tengo pésima memoria, así que muchos de los detalles originales ya los he olvidado. Espero que me perdonen las libertades literarias que me tuve que tomar para poder llenar los huecos en la historia :-)

Todo se remonta a hace unos quiza 15 o 20 años, cuando era yo todavía un chiquillo inocente, jaja. Bueno, el caso es que estando así de chico recuerdo haberme encontrado algún día en la televisión una película, en blanco y negro, donde la trama se desarrollaba en Venecia. Yo quedé maravillado, como las calles son rios, las góndolas, el señor vestido chistoso remándo y cantándo sobre la góndola y la pareja de enamorados recorriendo ese lugar de paraiso abrazados y muy juntitos. Venecia se convirtió para mi en un sueño y casi una obseción, busqué fotos en los libros, los mapas en la enciclopedia, lei todo lo que me pude encontrar al respecto. Y cada vez estaba más y más encantado con el lugar.

Así transcurrieron varios años de mi vida en que pasaron mil cosas, bueno, en realidad sólo una: fui creciendo. Siempre con ese lejano sueño de "algún día iré a Venecia". A veces, cuando lo pienso ahora, creo que más que ganas de realmente ir a conocer ese lugar, era el sueño lo valioso de ese sentimiento. El tenerlo ahí como algo inalcanzable, como una meta lejana que te motiva a seguir luchando y echandole ganas a la vida, a dar tu mejor esfuerzo en todo.

Sin embargo, y casi sin buscarlo, de pronto se dió la oportunidad. Finalmente un poco del esfuerzo que había puesto estudiando en la licenciatura -pero sobre todo al apoyo de muchas personas como mi novia, mis amigos, profesores y mi familia- se dió el pretexto de ir a unos congresos en Europa. Era la oportunidad perfecta, el último de los congresos era en Trento, una ciudad que está apenas a unas horas de Venecia en tren. Asi que, porque no, acomodé e hice planes para ir a visitar la dichosa ciudad de mis sueños. Tengo que reconocer que tenía también un poco de miedo, de como quizá al estar ahí se perdería ese sueño, terminando con toda la magia de lo que Venecia había significado para mi.

Entonces viene la parte divertida de la historia. Llego a Venecia, una ciudad bonita, llena de turistas. No, atascada de turistas. El tráfico en las "calles", tremendo, y las "combis" (los vaporetos que te transportan de un lugar a otro en la ciudad) cafres peor que el transporte público del D.F. :-D Fue divertido, bueno, hasta que al segundo día de estar ahí cuando descubro que en el tumulto de una de las zonas más concurridas de la ciudad había perdido la cartera donde guardaba mis documentos de viaje (incluidos boleto de avión y pasaporte). Tuve que ir de emergencia a Milán (y a pesar de lo que todos se puedan imaginar, no fue ninguna grata experiencia) a tramitar un pasaporte nuevo mientras mi familia en México trataba de arreglar la situación con el boleto de avión. Afortunadamente todo se arregló y despues de unos días (unos euros y unos dolares) extras, estuve de regreso sano y salvo en México. (Bueno, casi, creo que a los dos dias de estar en México me fracture la mano. Pero como dicen, esa es otra historia..)

Sin emabrgo la historia que nos compete ahora tampoco termina ahí. Siguió pasando el tiempo, yo seguí creciendo y aprendiendo mucho de la vida, de lo que significa el amor, la felicidad, no se, un poco de lo de que carambas es lo que venimos a hacer a este mundo. Aprendí tambien muchas matemáticas y mucha computación. Y en una de esas, "sin buscarlo", de pronto me encontré con una oportunidad para ir a estudiar un Doctorado en Inglaterra. "Wow Juan, eres muy bueno", todo el mundo decía. "Que super oportunidad." Eran momentos en los que pasaban tantas cosas por mi vida, que en verdad no sabía si era una "super" oportunidad. Había quizá muchos motivos (quizá no muchos, pero si uno muy importante) para dejar pasar la "super" oportunidad y buscar otra de nuevo más adelante.

Pero eso era demasiado complicado y, yo lleno de inseguridad, lo mas sencillo fue tomar la oportunidad e intentar el Doctorado. Y gracias a Dios no he dejado de aprender. La vida me ha dado golpes muy fuertes, he cometido muchos errores y por momentos muchas de las cosas que más he querido en esta vida se me escapan de las manos. Aún estoy a la mitad del camino, y no me rindo, se también que estoy aquí por el apoyo de muchas personas a quienes no pienso defraudar. Tampoco pienso que lo sepa ya todo, o que haya finalmente resuelto el misterio de la vida, pero si siento que he llegado a un punto de mi vida en que finalmente llego a comprender algo con claridad: Venecia no está en Italia.

Ahora que recuerdo esa película en blanco y negro, a las góndolas y el tipo vestido chistoso, ahora es cuando encuentro lo que era realmente importante en esa imagen. Era la felicidad, era el compartir la experiencia con alguien a quien amas. El tener a alguien a tu lado compartiendo el vivir cotidiano, las experiencias buenas y las malas, el tener alguien con quien disfrutar de la vida, y de quien apoyarse cuando uno siente que se está cayendo. Finalmente comprendí que Venecia no está en Italia, Venecia está al lado de quien amas.

Aun no pierdo el sueño, algún día iré a Venecia.

4 comentarios:

Rafael Peñaloza dijo...

Me gustó mucho tu historia Juan. Yo tengo que decir que en un momento de mi vida en que pensaba que Venecia estaba en América, huyendo de mí tras mi salto del charco, de pronto me la topé junto a mí... así es esto, llega cuando menos te lo esperas.

Juan dijo...

Hola Rafa,

Gracias por el comentario. Pues creo que entonces voy a tratar de esperarlo menos para que llegue más pronto, jeje.

Saludos y muchas gracias.

Mary Merecias dijo...

Muy bonito realmente... si no te hubiera conocido... :s en realidad eso.

Juan dijo...

Será que a lo mejor ya encontré a Venecia ;-)