domingo, 20 de abril de 2008

Tengo iPhone, pero no cocina

Esta es una historia triste con un final feliz, o casi. Resulta que, entre las tantas cosas que necesito comprar para ir amueblando mi depa, una de las mas necesarias es la cocina. Y por cocina me refiero a toda la cocina, ahora no tengo pero ni fregadero para los trastes. Y por lo pronto me las he ingeniado comiendo en la cafeteria de la universidad, desayunando cereal y frutas, y usando el exterior de una ventana como refrigerador para la leche. Pero bueno, como se podrán imaginar la situación no es del todo óptima, y el verano amenaza con hacer inservible a mi refrigerador temporal.

Así que bueno, despues de analizar un poco las opciones le pedí a Max, quien amablemente se ofreció a ayudarme como intérprete, y a Ale que me acompañaran el miércoles a Ikea y conseguir una cocina. El plan era vernos como a las 11 de la mañana y, como pensé que no tenía mucho caso ir a trabajar sólo una hora y luego regresar, se me ocurrió que una mejor forma de aprovechar el tiempo sería ir a la tienda de T-mobile y comprarme un iPhone. Solo por aprovechar el tiempo, ya saben. Jeje.

No pues la verdad es que ya tenía yo rato con ganas de comprarme un celular chido, en particular me interesaba poder conectarme en cualquier momento a Internet. Eso y el hecho de que recientemente salió una promoción aquí en Alemania con reducciones a los precios del iPhone, me hicieron finalmente decidirme.

Empezé entonces mi miércoles dirigiendome a la tienda de T-mobile y, después de hacer un poco de señas, conseguí hacer entender a los empleados que pretendía comprar un iPhone. Después de más intercambios de señas logré dar todos los datos que necesitaban (dirección, datos de identificación, etc.) y me hicieron saber que mi cuenta estaría lista dentro de un par de horas. Yo les comenté que desafortunadamente tenía otro compromiso (lo de la cocina) y pues que volvería en la tarde por el teléfono.

Ya eran entonces cerca de las 11, así que me fui entonces a alcanzar a Ale y Max para salir a Ikea. Llegamos al dichoso lugar, y después de la ya tradicional ‘prueba’ de los sillones, llegamos hasta las cocinas a preguntar y exponer todas mis dudas. Yo quería cierta cocina como una que tenían ahí en exhibición, quería que la enviaran a mi casa, instalaran y pagarla con un crédito que ellos mismos anunciaban. Debo decir que esta ves, a diferencia de los anteriores intentos, uno de los empleados nos trató muy bien, nos dió santo y seña del proceso para diseñar y comprar la cocina.

Pasamos entonces fácil unas cuatro horas jugando con un programita que tienen, diseñando lo que sería la cocina de mis sueños, eligiendo los muebles, acabados, fregadero, estufa, refrigerador, etc. La verdad es que los tres estábamos bastantes emocionados con todo esto. Ya que habíamos escogido y diseñado todo, el empleado nos sugirió ir a dar una vuelta por la tienda, para ver si quería comprar más cosas y pues aprovechar así el envío. Había escogido entonces un sofá cama, una mesita para la sala, un escritorio para la computadora, su silla, y algunas otras cosas más del estilo.

Hecha mi lista de todo lo que quería comprar regresamos a las cocinas para hacer el pedido, tramitar el crédito, etc. Todo pintaba muy bien, y nos veiamos ya realizados estrenando pronto la nueva cocina. Llenamos entonces en una terminal los datos para el crédito, y una de las empleadas empezó a imprimir y darme todas las formas necesarias. En eso salió impresa una hoja, donde se decía que el sistema tenía algun problema para autorizar mi crédito automáticamente, que sería tratado el caso manualmente y que debíamos de llamar a cierto número de teléfono para pedir más información y agilizar el proceso. Max de nuevo me hizo el favor de hablar y pues, aún con mi poco entendimiento del alemán, era claro que las cosas no iban bien. Al final lo único que le dijeron era que el sistema había negado mi crédito, y que ellos no tenían forma de saber el porqué. Que lo mejor que me podían recomendar es intentar solicitar el crédito de nuevo dentro de seis meses.

Ni hablar, regresamos los tres tristes y desanimados, casi con las manos vacias. Para no sentirnos tan mal al menos aproveche para comprar unos cojines para las sillas de mi mesa/comedor. Fue horrible, habernos hecho tantas ilusiones, y de pronto todo se vino abajo. Después de estarlo analizando he decidido que lo mejor será entonces pues ahorrar los próximos dos meses, y con eso pagar la cocina de contado. Por lo pronto no más gastos inecesarios, no viajes (tristemente, ya tenia algunos planes que tuve que cancelar), y no iPh.. momento, el iPhone ya lo pagué! :-P Ni modo, fue mi último gusto que me pude dar por lo menos hasta que logre pagar la cocina.

Y así fue como, no tan mal, terminó mi dia. Regresé a la tienda de T-mobile, donde tenían ya a mi iPhone y chip listos para llevarmelos. Pasé el resto de la tarde echándolo a andar, jugando y aprendiendo a usarlo. Me puse a checar en el mi email, envié mensajes presumiendo a varios amigos :-P, actualizé mi lista de contactos, me puse a navegar en internet (que funciona por cierto bastante bien), lo terminé de configurar a mi gusto, le copié música y fotos, y pues en general me puse a disfrutar de mi juguete nuevo.

No ha pasado más de una semana y ya en un par de ocaciones me ha sido de utilidad el tener acceso permanente a internet. Por ejemplo ayer logré decifrar como utilizar las lavadoras de un autoservicio escribiendo las instrucciones en language tools y traduciendo del alemán. También como dato curioso, para quienes lleguen a comprar un teléfono con internet, las páginas de Facebook, meebo, iGoogle, y Google Reader tienen versiones amigables para teléfonos celulares. También hay versiones no oficiales de Wikipedia, y Flickr. Una interface que realmente me gustaría mucho tener es para del.icio.us, pero por lo pronto no he encontrado ninguna, estoy tramando entonces quizá implementarla yo mismo, veamos que tal me va con esta idea.

Asi que un poco triste, pero no tanto, es como termina la historia de hoy. :-)

7 comentarios:

Rafael Peñaloza dijo...

yo pensé que ibas a decir que el iphone no cocinaba, aunque hacía todo lo demás "tengo iphone pero no cocina" :)

Linda dijo...

Mala onda...no hay forma de saber por que se te nego el credito? Digo, la cocina es urgente no???

Saludos!!!

Kike dijo...

jeje... falto que pusieras...

p.s. esta entrada la escribi desde mi iphone :p

Juan dijo...

Rafa: Jeje, que buena idea! Por que no se me ocurrio ese chiste :-P

Linda: Pues ya tengo creo al menos suficiente dinero para la cocina, el plan es ir ya el proximo viernes a comprara. Deseenme suerte!

Kike: No pues si seria una flojera escribir todo el post desde el tecladito del telefono. Pero, para darte gusto, este comentario *si* lo escribi desde el iPhone ;-)

Anónimo dijo...

"También como dato curioso, para quienes lleguen a comprar un teléfono con celular, las páginas de Facebook, meebo, iGoogle, y Google Reader tienen versiones amigables para teléfonos celulares. También hay versiones no oficiales de Wikipedia..."

un TELÉFONO con CELULAR
WTF?!
explicate!!!
te lo exijo!!

Juan dijo...

Jaja.. un teléfono con internet, sorry. :-P ya está corregido.

Anónimo dijo...

BABOSO

jajajajajaja