Tiene poco más de dos meses, desde que comenté sobre el resultado de mi examen, que no había hablado mucho de mi vida y de mis planes para el futuro. Y la verdad es que si estaban pasando muchas cosas, pero tampoco quería contar mucho pues no había nada que fuera definitivo (y cuando ya lo fue, pues ya tampoco tuve mucho tiempo para bloggearlo).
Después de terminar el doctorado regresé a México en Noviembre como todo un recién y orgulloso... desempleado. Había estado aplicando a diversos lugares y, aunque no puedo negar haber sentido un poco de angustia por la espera, traté de disfrutar lo más que pude a mi familia, a mis amigos, y a la comida. Sobretodo la comida. Jaja, no es verdad.
Finalmente por ahí de Diciembre recibí una invitación para venir a hacer una entrevista de trabajo al Max Planck Institute for Software Systems en Saarbrücken, Alemania. La verdad es que desde ese entonces me han tratado genial. Me pagaron incluso el viaje desde México para ir a Alemania tres días a hacer la entrevista. Aparentemente, el dinero no es aquí ningún problema.
Los primeros días de Enero me contactaron de nuevo para informarme que, afortunadamente, habían decidido contratarme como investigador post-doctoral empezando el 1o de Febrero. Acordamos también que el tema de mi investigación sería verificación en sistemas distribuidos. Entonces empecé también con los trámites y obteniendo todo lo necesario para mudarme a Alemania.
La historia más interesante: conseguir una visa. Después de obtener todos los papeles necesarios para tramitar una visa de investigador en Alemania (y tomarme fotos dos veces porque las fotos para pasaporte alemán tienen que ser especiales), entregué mis documentos en el consulado de Puebla de donde serían enviados a México y, eventualmente, Alemania. El proceso, me comentaban podría durar hasta 9 semanas. Lapso que, como podrán imaginarse, era mucho más grande que el necesario para que yo pudiera estar en Saarbrücken en Febrero.
Desde el instituto enviaron también cartas pidiendo que se agilizara el proceso dado que era urgente, y en el consulado me aseguraron que en cuanto estuviera lista la visa, me llamarían por teléfono. Dos semanas más tarde, y dado que Febrero se acercaba a una velocidad de 24 horas cada día, les tuve que llamar yo. “Ah, sí. Tu visa ya está aquí. Cuando quieras ven a recogerla.” :-S
Ahí va entonces Juan, a recoger su visa. “Hola poli, vengo a recoger mi visa.” “Uy, acaba de salir a comer la señorita. ¿Regresas como en una hora?”. (A todo esto Juan estaba, por alguna razón, muy desvelado.) Juan regresa a su casa, come y duerme un poco, regresa de nuevo al consulado. “Hola, aquí está tu visa, wrawra ...” Juan no puso mucha más atención. Juan está en su casa, con su mamá y su hermano, emocionados examinando su visa. En eso Rodrigo, su hermano, pronuncia las siguientes palabras: “Te pusieron Juan Arturo.”
Juan sale corriendo de su casa, de regreso al consulado, tiene ganas de estrangular a alguien. “Oiga señorita, fijese que salió mal mi nombre en la visa, y pues venía a preguntar, ¿qué se hace en estos casos?” “Mmm, buena pregunta. ¿Que se hace en estos casos?” “:-S” Señorita examina el pasaporte, y compara el nombre de la visa con el del pasaporte. “No, pues si te pusieron muy diferente.” “:-S” “Pues no sé. Déjame tu pasaporte. Al rato que venga el cónsul le pregunto. Tu llámame en una hora.”
Para no hacerles el cuento largo, finalmente llamé y me dijeron que la visa se tenía que ir de regreso a México (¡al menos no Alemania!), donde la iban a corregir. Una semana después finalmente tenía en mis manos una visa emitida a nombre de “Juan Antonio”. Días después tenía también en mis manos los datos del boleto que el instituto me había comprado para viajar, y el 6 de Febrero del año 2008 puse pie en Saarbrücken. Finalmente creo que no estuvo tan mal.
Y mi vida aquí, por lo pronto, ha estado bastante bien. Me recibió primero Ale en su casa y luego descubrí que el instituto había reservado para mi un cuarto en unos departamentos que tienen para visitantes. Ahí es donde estoy viviendo actualmente, para los curiosos tengo también algunas fotos.
También no me puedo quejar del trato que me han dado los alemanes. Han sido todos muy amables; en el banco, por ejemplo, hasta me buscaron a una chava que pudiera hablar inglés para que abriera mi cuenta; y la secretaria del instituto ha sido de ayuda invaluable para buscar y conseguir casa. En el trabajo me empiezo a llevar muy bien con mi jefe, y también con mis compañeros de trabajo. La verdad es que se vive un ambiente muy padre, todos son muy abiertos y unidos.
Y no puedo negar, que de ves en cuando extraño. Pero pues uno nunca sabe lo que puede pasar y, por lo menos hoy, puedo decir que me siento muy pero muy feliz.
4 comentarios:
"Te pusieron Juan Arturo" lo recuerdo como si fuera ayer :P
Que padre que todos por allá te estén tratando muy bien.
You totally deserve all this mate, enjoy it!
¡Felicidades, Juan! Como dice el buen Héctor, de verdad te mereces todo esto. Ya vi las fotos de tu oficina y tu departamento. Todo un cambio de donde vivías con el Roald, allá "atrasito" del Tai Pan.
Mucho éxito en este post-doc y que todo siga excelentemente. Un abrazo.
Gracias a todos por los comentarios y buenos deseos!
Y Francisco, pues la verdad es que la casa con Roald me gustaba bastante, lo que pasa es que no conociste el cuartito pinchurriento donde tuve que vivir antes!!
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