viernes, 7 de mayo de 2010

No vaya a ser...

Todos hemos escuchado a personas, y nosotros mismos lo hemos hecho también, que llegamos a justificar nuestras acciones diciendo que “no vaya a ser” que algo malo vaya a suceder. No voy a caminar debajo de una escalera, sé que es tonto, pero no vaya a ser que sea cierto eso de que trae mala suerte. No voy a bromear diciendo que le regalo mi alma al diablo, no vaya a ser que el diablo si exista, ¡y en qué lio me he metido!

Y especialmente cuando existe alguna incertidumbre sobre el efecto que nuestras acciones puedan tener, parece una decisión sensata el mejor ‘optar por lo seguro’ y tomar la decisión que parece alejarnos de ese riesgo.

Curiosamente Greg Craven, un maestro de ciencia de preparatoria, utiliza un argumento muy semejante y persuasivo para tratar de convencernos de que se tiene que hacer algo para enfrentar la posible amenaza del cambio climático. Parafraseando, lo que el dice es que tenemos que actuar frente a esta posible amenaza, no vaya a ser que algo muy malo nos vaya a suceder. Los invito a que vean el video porque ayuda a poner muy en claro cual es la estructura que tiene este argumento.

Bastante convincente, ¿no? Veamos ahora como, en efecto, este es también el mismo argumento que alguien está usando cuando dice que no quiere bromear con regalar su alma al diablo.
Diferentes opciones nos dan diferentes resultados pero lo que sí estamos seguros es que a toda costa queremos evitar caer en el horrible cuadro rojo de la esquina inferior derecha. Y como no tenemos control, o certeza, sobre cual de los renglones es el correcto, más vale tomar la columna izquierda para jugar a la segura, no vaya a ser que nos vayamos a equivocar.

Tratemos ahora de usar el mismo argumento para decidir si tenemos o no que convencer a los presidentes de las primeras potencias del mundo de que es imperativo gastar todos los recursos económicos disponibles para construir defensas nucleares que nos protejan en caso de posibles ataques extraterrestres.
Decidido. ¿Donde empezamos a colectar firmas para convencer a Obama de hacer algo ante este inminente peligro!!! Hmm.. no, algo suena mal, ¿verdad?

Notarán que el encabezado de la izquierda puede decir cualquier cosa desde “cambio climático”, pasando por “invasión de aliens”, “unicornios feroces sangrientos”, y hasta la existencia del “mounstro-que-odia-a-los-que-usan-sombreros”. Y no importa cual sea el encabezado, el argumento nos sigue diciendo lo mismo. Lectores atentos notarán también que si ese encabezado dice “Dios existe”, a ese diagrama se le llama la apuesta de Pascal.

Pero, ¿cuál es el problema con ese argumento? Porque, definitivamente, parece tener sentido invertir recursos para detener el cambio climático, pero no lo parece mucho el dejar de usar sombreros no vaya a ser que cierto ser mítico en realidad exista y me quiera comer.

Pues el mismo Greg Craven menciona la solución, pero va tan emocionado tratando de convencernos que se le olvida hacer notar que es crucial en el argumento, e incluso comente el error de decir que ni siquiera importa, tratar de saber cuál de los dos renglones es el correcto. Él piensa que la respuesta es obvia con tan sólo mirar el diagrama. Sin embargo, como a Ben Goldacre le fascina decir: “creo que te vas a encontrar con que las cosas son un poco más complicadas que eso”.

Y el punto está en que: no tener certeza de cual de los dos renglones es el correcto, no es lo mismo que no saber cuál de los dos es más probable.

Para poder tomar una decisión como en estos escenarios planteados, es importante hacer una evaluación de riesgos que tome en cuenta no sólo las posibles consecuencias de nuestras acciones, sino que tome también en cuenta la probabilidad que hay, o la evidencia que tenemos, sobre cada uno de los posibles escenarios que se nos presentan. Tarea, definitivamente, no siempre muy sencilla.

En el caso del cambio climático, por ejemplo, es por eso que ha sido fundamental el trabajo de los científicos para evaluar los dos renglones del diagrama y determinar cual de ellos es el más probable, o sobre cuál de ellos es que se tiene una mayor evidencia. En este caso particular, la evidencia apunta prácticamente sin ninguna duda a que el cambio climático está ocurriendo, es producido por el hombre y, si no hacemos algo pronto, puede ser catastrófico. Finalmente la conclusión de Greg Craven era la correcta pero, como hemos visto, no por las razones que él indicaba.

La idea que espero al menos les quede después de haber leído todo esto es que “no vaya a ser que” no es una razón válida para tomar una decisión. Y que, aunque a veces quisieramos que hubiera una salida más sencilla, la mejor opción que tenemos es realmente pensar y verdaderamente analizar las posibles alternativas que la vida nos presenta.

4 comentarios:

Vie[n]na dijo...

hice una tabla donde evalue si era buena idea dejarte un comment o no...
y no vaya a ser que los unicornios feroces sangrientos me ataquen... >.<
jeje... mi primera vez en este blog...
brindemos... salud!!!

Juan dijo...

Jaja.. pues, salud! bienvenida y gracias por pasar a visitar el blog.

David dijo...

Lo cierto es que Greg Craven hizo la estúpida suposición de suponer que la probabilidad de que se diera el cambio climático es mayor que la probabilidad de que existiera el diablo o de que nos invadieran los aliens...

Juan dijo...

David, eh, si, justo ese era mi punto: “ el mismo Greg Craven menciona la solución, pero va tan emocionado tratando de convencernos que se le olvida hacer notar que es crucial en el argumento”.